martes, 3 de julio de 2012

AGENDAS

Me encantan las agendas usadas. Cuando están nuevas, allá por enero sólo son libretillas en blanco. A medida que avanza el año, se van llenando. Engordan con citas, compromisos, trabajos por hacer, llamadas pendientes, visitas médicas, reuniones de trabajo, fiestas, cumpleaños, días especiales. Y claro, con toda esa información, luego no soy capaz de tirarlas. Me gustan cuando tienen tachones, o subrayados en flúor, o post-it, cuando están vividas vaya. Un día, en Madrid anduve por librerías de viejo y encontré una joya de local. La librera, rara avis que conocía lo que vendía, me dejó en el mostrador mientras buscaba el libro que le pedía. En estas que veo esta joya de sobremesa, saco el móvil y pillo esta foto. Si os fijais es del año 2007 pero por lo menos corría el año 2010 de nuestra era. Me encanta por la solera que tiene, las tintas de distinto color, las tachaduras, los teléfonos al margen. Brindis por la librera profesional y por su agenda brillante.

7 comentarios:

Altea dijo...

Completamente de acuerdo, oye. Y además, no sé qué pasa, que las de los demás me gustan siempre más que la mía.
Soy un poco desorganizada, ya.

Clo dijo...

Yo soy otra friki de las agendas... siempre tengo al menos una o dos en papel (y también uso la agenda del móvil porque sus alarmas me vienen genial para las cosas verdaderamente urgentes). Además me hago listas y listas de tareas por hacer o cosas por comprar y me satisface mucho tachar o marcar(según el caso) lo que ya está hecho o he decidido que no haré/haremos.

Mi marido siempre comenta mi obsesión por las listas y las agendas pero en el fondo le gusta, porque sino ¿cuántas cosas se le olvidarían a él también?

En realidad tengo mucha memoria y suelo recordar cumpleaños y cosas importantes o fechas señaladas sin recurrir a mi agenda pero ¡me gusta tanto mirarla y remirarla' Es casi una obsesión, lo sé. ¿Un secreto incofesable? Tengo guardadas las agendas de los últimos años de estudios porque cuando las encuentro las repaso otra vez XD

Dulcinea dijo...

Uff, qué consuelo saber que soy la única friki de las agendas. Veo que estais tan locas como yo.

La agenda del móvil no me gusta porque no admite tachones, ni anotar al lado ni pegar etiquetas. Aunque eso de que te suene un timbrecillo ha de ser chulo.

Clo dijo...

Bueno, es útil, pero a veces querrías tirarlo al suelo porque repite incesantemente que tienes que hacer nosequé.

Nodisparenalpianista dijo...

Nunca he entendido cómo se usan las agendas, pero me encantan. Usadas y sin usar, pero sobre todo las ajenas y cuanto más antiguas, mejor.
Por otra parte, vaya panda de zumbados.

Altea dijo...

La agenda de mi móvil sí admite tachones. No deja de ser curioso, porque si algo ya lo has hecho, pues lo eliminas y ya está, ¿no?
Lo de anotar al lado y poner etiquetas se ve que lo tienen todavía pendiente, pero seguro que están en ello, Dulci.

Dulcinea dijo...

Mi móvil es del pleistoceno y no se si tiene agenda para escribir cosas o sólo para ponerle señalitas.

Si el Pianista no tuviera secretaria veríais como espabilaba para usar la agenda debidamente. Ja.