sábado, 28 de julio de 2012

TIRAR COSAS

¿Conoceis la La ley de los dos años? Colin y Justin de Los asaltacasas la explican cada dos por tres.  Consiste en deshacerse de todo aquello que en dos años no haya sido utilizado ya sea ropa, zapatos, muebles o cacharros varios de la casa. Y a esta ley le sigue otra, la Ley de una cosa por otra. Consiste en sustituir una cosa nueva por otra vieja. Por ejemplo, si te compras un bolso te has de deshacer de otro que tengas ya cascado. No te puedes quedar con los dos. El objetivo de las dos leyes es impedir que te pase lo que me está pasando a mí. Que acumulo cosas que no utilizo desde el siglo pasado (doce años, no es tanto). Llevo dos tardes con unas congojas que pa qué: "lo tiro o no?" o "me da pena porque me lo regaló fulanito" o "me lo compré en aquella tienda que huele tan bien" o "le tengo cariño". En estas situaciones es mejor que otro lo haga por tí. Con la ropa es más fácil; si no quepo dentro lo doy. Pero con la quincalla no es lo mismo. He encontrado una agenda con los teléfonos de mis amiguitas del cole cuando teníamos dieciocho años, pero claro es que nos conocíamos desde los seis. También me han salido al encuentro unos dibujos que me hizo el-Hermano-de-la-Dulci cuando era un pitufo. A ver qué harían Colin y Justin. Peste de Imagenio. Chupitos por mi quincalla.

4 comentarios:

Dulcinea dijo...

Casi he acabado. Me quedan los flecos, el menudeo que me pone de los nervios.

Hay dos áreas de operaciones. La de cosas que están bien y que se pueden donar y la de cosas que van de cabeza al contenedor.

Y ahora a preparar la maleta para la escapada veraniega.

Dulcinea dijo...

¿Hay alguien ahí?

Altea dijo...

Terrible, me hago cargo perfectamente. Esas dos teorías son geniales, pero yo tengo otra más efectiva. Resulta que hace unos dos años (esto tampoco es tanto) en mi barrio murió asfixiado un individuo, víctima del derrumbamiento de la basura que había ido acumulando en casa. El hombre padecía síndrome de Diógenes. Así que, cuando me encuentro con algo que no utilizo y se me presenta la duda del "por-si" y demás, pienso: "Altea, así empieza el síndrome de Diógenes. De aquí al acumule no hay más que un paso".
Aun así hay veces que concedo una tregua.

Dulcinea dijo...

Esa es la trampa Altea, la tregua.

La verdad es que ya he acabado, o casi. Lo peor ya ha pasado.