miércoles, 8 de febrero de 2012

SE NOS HA IDO...

Ayer al volver a casa del trabajo me dieron la noticia.
-Dulci, que Ramón se ha muerto.
-¿cómo que se ha muerto? ¿pero qué Ramón? ¿Ramón...?
-Si, Ramón.
Atónita me quedé. Luego note una cosa rara por dentro, como un rasponazo invisible. Otra persona querida que nos deja. Qué os puedo contar de él. Pues que era un jovencito de ochenta y cinco años, divertido, jovial, entrañable, buena persona, siempre de buen humor. Portador de buen rollo. Vecino y pariente a la vez. Te reías sólo de verle a él reirse a carcajadas. En el ascensor siempre encontraba un juego de palabras para hacerte picar, o una adivinanza tonta, o una anécdota que ni los chistes de Jaimito. En los últimos años se vió aquejado de Alzheimer. Hace un rato que hemos vuelto del tanatorio, de estar con su esposa y sus hijos. El ya está en el cielo. Dios le bendiga. Hoy en vez de brindis, un Padrenuestro y un chiste malo -como los suyos- en su memoria.

4 comentarios:

Nodisparenalpianista dijo...

Nada de malo, un chiste bueno. De los que le hacen reír a uno, por muy malos que sean, o sea, buenos. No se si me explico, ay.

Fernando dijo...

Lo siento, Dulcinea. Al menos disfrutó muchos años de la vida.

Altea dijo...

Vaya ese Padrenuestro por Ramón, aunque ya sabes, "La felicidad del cielo es para los que han sabido ser felices en la tierra". Así que Ramón estará ya metido en ese buen rollo del que hablas. En el mejor.

Dulcinea dijo...

Pues sí. Seguro que está bien. Se lo merece.