MI DOÑA ELENA

Pues sí, mi doña Elena. La reina que debería haber sido y no será. La defiendo no por feminista -que no lo soy- sino por española. Porque a simpática, a castiza y a Borbón no la gana nadie. Es lista como un lince, inteligente y culta. No me lo han contado, me consta personalmente. No voy a dar detalles por dos razones, una porque quiero mantener la anécdota vivida con ella en privado y dos porque nadie me creería. Pero si el Toboso os merece credibilidad, creedme: es lista como una ardilla y elegante y sencilla en las formas. No en vano ha escogido esta postal navideña. En Estoril, en Villa Giralda donde su familia estuvo exiliada, apartada, out. Como le han hecho a ella: dejarla aparte de la familia cuando la que está pringada es su hermana. El 12 de octubre la relegaron a ocupar la silla vecina a Rubalcaba fuera del palco real. Ni el más feroz de los republicanos hubiera maquinado una afrenta parecida. Y ella pudiendo quedarse en casa, acudió y aguantó con más dignidad y con más clase de la que nunca tendrán su hermano y la Leti juntos. En fin Alteza, en su día me dejó usted sin palabras por la sorpresa y la emoción, pero hoy sí tengo voz para felicitarla por su mensaje subliminal. !Chupitos reales!