martes, 11 de diciembre de 2012

AL ATAQUEEE...

...pero de risa. Y es que una servidora es muy dada a los ataques de risa incontrolables. De los que empiezan y no puedes parar. A veces los desatan hechos graciosos, caídas, golpes, situaciones cómicas que están pasando en ese momento. Hasta ahí normal. Pero otras veces, las peores, se desatan solos. Es decir. Me viene a la memoria un hecho propio o ajeno y zas! ataque de risa al canto. Y es aún peor cuando estoy sola pero en público, en el metro por ejemplo. Entonces la gente me mira de reojo y yo disimulo sacando el móvil y haciendo como que leo. Buena parte de la peli "El guateque" es un clásico que me hace llorar de risa, la esté viendo o no. Y algunos ataques de risa ajenos se me pegan, como los de mi añorada Patricia, de "El diario de Patricia". Menudo colmillo tenía la Patri. Aquí os dejo uno de sus antológicos ataques. !Chupitos de risa floja!

4 comentarios:

Altea dijo...

Ay, qué mal, no he podido terminar de ver el vídeo, parece que la nena se está partiendo de lo mal que le iba a Fernanda.
El guateque es una auténtica pasada, creo que sólo la he visto una vez, pero en mi casa se hace mucha referencia a ella. Alguien viene contando algo y dice "me ha pasado como a Peter Sellers en El Guateque"...

Clo dijo...

Patricia nos dejó grandes momentos,¿a quién no se le pegan sus ataques de risa? De vez en cuando veo alguno de los videos que hay por la red y libero tensiones

Dulcinea dijo...

De Patricia me pasmaba la cara dura que tenía para preguntar y contestar a la gente. No me extraña que a veces le dieran ataques de risa.

Me acuerdo del día de las "sufisies". La Patri le preguntó a una señora si compraba en grandes superficies a lo que la señora dijo "¿y eso que es? a mi no me digas palabras raras. Yo compro en sufisies"

Nodisparenalpianista dijo...

La Patri era lo peor de lo peor y, como dice Clo, liberaba tensiones a tope.
A veces, a mi me mandan al móvil mensajillos tipo "¿te acuerdas de aquella vez que confundiste el nombre de los paracetamoles?"y obediente me acuerdo y me troncho. En el trabajo se creen que estoy como una regadera. Porque oigo la radio con las orejillas y le contesto en voz medio alta. También digo "este tío es tonto" cuando leo en el ordenador las tonterías de dice el golfo de Artur Mas, por ejemplo.
Lo normal, o sea.