Si se puede escoger una, me quedo con la Procesión del Silencio, el Viernes Santo. Ninguna me impresiona tanto desde que la viví en Murcia.
Total, que estos dos escoceses histriónicos me tienen encandilada. Hasta el punto que el otro día mirando cortinas para casa, me sorprendí a mí misma eligiendo telas y colores tal como lo hacen ellos. ¿Qué tal si les llamamos para que nos asalten la Bulla? ¿O mejor montamos un guateque para olvidar lo duras que son las reformas?
Esta mañana he recibido un sms de un apasionado de Delibes que me comunicaba que el escritor había fallecido. En ese momento me encontraba en clase, en concreto en una guardia de Física. He parado la clase y les he dicho que con la física serán personas instruidas, con la literatura hombres cultos, y con Delibes hombres sabios. Así que les he anotado en la pizarra la dirección de Internet del El Norte de Castilla y de El Mundo en cuyo obituario han colgado algunos textos de Delibes. Las han visitado en el acto, cada uno en su ordenador, en silencio, con calma. Y leían. En la clase siguiente, ya con mis pollos, he hecho lo mismo. Tambien han consultado textos de Delibes, su biografía, han visto sus fotos. Me han preguntado por qué no le habían dado el Nobel. Les he contestado que porque le venía pequeño. Tengo que agradecer a Delibes la de veces que he utilizado sus libros -su castellano- para educar a mis alumnos. La de libros suyos que han leído mis alumnos, la de trabajos que me han hecho sobre él y la de cosas que han aprendido a través de él. El montón de veces que le he puesto de ejemplo de ecologista serio, de los de verdad. Ya no podré decir "es el mejor escritor vivo en lengua castellana". Descanse en paz. Que Dios le bendiga.
La Bulla se resiste a olvidar la infamia que vivimos los españoles el 11 de marzo de 2004. Y el 12, y el 13 y el 14... Y los meses siguientes, y los años siguientes. Y las verdades judiciales y las cobardías institucionales. Puede que nunca sepamos la identidad de los asesinos pero sí sabemos quién miró para otro lado. Se sucedieron las manifestaciones espontáneas de apoyo, solidaridad, altares improvisados y un monumento que, bonito o feo, arranca silencio, lágrimas y oraciones. En esa línea se pronuncia hoy la Bulla, porque no queremos olvidarnos de que doscientos españoles fueron asesinados. Descansen en paz.
No quería dejar pasar la imagen de este sello. Se emitieron poquísimos. Curioso.
Esta vez la Bulla expresa su habitual jolgorio en forma de manifestación de repulsa por la masacre y a la vez de Oración por las víctimas.
