Leo estupefacta una noticia. En Pensilvania una mamá estupenda estaba harta de los cates de sus hijos.
Como había trabajado en la secretaría de ese cole decidió resolver el
problema por la vía directa. Entro en el sistema informático y les
cambió las notas. Un apaño. Con un par de megabites. En esto que la pillan. Y la
detienen. Y la tía alega que ella ya sabía que lo que hacía no era ni
ético ni moral, pero no tenía ni idea de que fuera ilegal. En este plan.
Así las cosas su Yeimy y su Yeison ya saben que todo vale mientras no
te pillen, que el fin justifica los medios y que su madre se ha arriesgado por ellos. Que si hay que saltarse a la torera los principios y los
valores, pero dentro de la ley, pues se saltan si así se sale del -mal-
paso. Que si te pillen no te pillen, vaya. La noticia no dice nada de qué había hecho antes la supermamá respecto al rendimiento de sus hijos, si les había ayudado a estudiar, por ejemplo, o a admitir y superar las dificultades. Me pregunto qué podemos hacer con estas familias sobreprotectoras y laxas que lo mismo no ponen límites, que reparten estopa o encubren a sus vástagos. Y qué hacemos con estos jóvenes. Y con los apaños. Claro que esto ha pasado en EEUU. Si llega a pasar en España denuncian a los profes, hacen delegados de clase al Yona y al Cristian de turno y a la mamá presidenta de la asociación de padres. Chupitos.
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6 comentarios:
Pues nada, nada. Ya se sabe, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.
Seguro que si un profe le arrea un sopapo a unos de sus Yeremis sí sabría que eso es ilegal.
Eso sí: la tentación era demasiado fuerte, hay que reconocerlo. (En ambos casos)
De todos modos, los profes teníais que estar ya curados de espanto, sobre todo desde el caso aquel de la niña que denunció a sus padres por secuestro cuando la castigaron sin salir por buen comportamiento.
Lo que no pillo es lo del retrovisor...
Ay Altea si te contara la de sopapos de menos y de más que he visto.
Por más que intentes estar curada de espantos la realidad es tozuda y terrible y te acaba sorprendiendo una vez más.
Pianista, que el apaño de retrovisor es tan chusco como el apaño que intentó hacer la supermamá.
Metáfora visual poco acertada Pianista.
Yo, que soy un tocho matutino.
Yo, que soy un tocho matutino.
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