Erase una vez una mamá muy traidora que se resfrió. Y tosía, y se sonaba la nariz, y estornudaba. Hasta aquí un relato bastante soso, anodino y aburrido ¿verdad? Pues no. Porque no imaginais los efectos que el resfriado de marras tiene sobre un pobrecillo inocente que sin entender nada salta del pavor al despiporre más bestia. Os invito a que le deis al play y critiqueis a la mamá malvada. Que ya le vale.
Ni que decir que la Bulla hoy monta un cóctel de biberones.
4 comentarios:
¿Un resfriado? Más bien parece como si estuvieran recogiendo bolsas de plástico.
No sé qué es más tronchante, si la cara de terror o el desternille.
Qué bestia Altea, ¿cómo te puedes tronchar con el pánico del bebé? Bueno, yo también me caía p'atrás de risa, la verdad. Los ojos parecen dos platos, pero de los grandess, de esos de diseño.
Yo es que querría ver la cara de la hipopótama de la madre, porque asustar asçi al chavalote, ha de ser una pieza de cuidadooo!!!!!!!
!Cómo sois! Ninguno ha pensado en socorrer al pobre niñito, nadie dice nada. Cuando de mayor sea un pandillero y os monte pollos no os quejeis.
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