Menudo hallazgo. Resulta que en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) un pobre hombre mientras cuidaba su ganado encontró un pedazo de chatarra. Pensó que era de la guerra. Y se la llevó a casa para prensar jamones. Como después se enteró de que hallazgos parecidos luego resultaron ser meteoritos, se puso en contacto con un geólogo para que le confirmara que su chatarra era chatarra y listo. Y a seguir prensando jamones tan ricamente. Cual fue su sorpresa cuando el geólogo al ver el trasto le contestó que se lo llevaba y lo mandaba al CSIC porque la chatarra podía ser otra cosa. Total, que la chatarra es un siderito que es como se llaman a los meteoritos metálicos. Parece ser que está compuesto de metales rarísimos, que cayó en el pleistoceno, y que hasta ahora ha estado enterrado. Y los del CSIC, eufóricos, siguen investigando y contando cosas incomprensibles. En otras circunstancias me hubiera interesado el tema con lo que a mí me gustan las cosas del espacio, las estrellas y todo esto. Pero esta vez es distinto porque me llaman mucho más la atención los jamones que los meteoritos, dónde va a parar. El jamón serrano es una de mis debilidades. Y me pregunto si el meteorito los habrá contaminado, si les habrá variado el gusto... Porque si es así, a la porra con el meteorito. A fin de cuentas, tanto rollo por un pedrote. Que sepan los del CSIC que en el Toboso nos solidarizamos con los pobres jamones. Y hoy !virutas de jamón!
